El conflicto diplomático entre ambos países inició cuando la primera ministra japonesa, Senae Takaichi, sugiriera que un ataque de Pekín contra Taiwán podría justificar la intervención de Tokio. Cabe recordar que la isla autogobernada es históricamente reclamada por China.
China exigió que Takaichi se retractara, convocó al embajador nipón y emitió avisos oficiales para que sus ciudadanos no viajen a Japón. Por su parte, Tokio no solo que no se retractó. Además, Japón anunció el despliegue de un sistema antimisiles en el archipiélago de Nansei, tan solo a unos 110 kilómetros de distancia de Taiwán. Esto generó la reacción de Pekín, quien aseguró que "aplastará" cualquier injerencia japonesa en la isla que reclaman como propia.
Lejos de desacelerar la tensión, esta semana la empresa privada china Lingkong Tianxing presentó sus nuevos misiles hipersónicos impactando nada menos que contra Japón.