El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, cuestionó este miércoles las declaraciones de la secretaria de Agricultura de los Estados Unidos, Brooke Rollins, quien había afirmado que el país norteamericano iba a limitar la importación de la carne argentina por un "problema de aftosa". En declaraciones radiales, afirmó que la Argentina es "un país libre de aftosa con o sin vacunación" desde hace años.El cruce empezó con la funcionaria estadounidense confirmando en una entrevista televisiva a CNBC que su país "está en conversaciones con Argentina" para pasar a comprar de 20 mil a unas 60 mil toneladas de carne de origen argentino, tal como anticipó el propio Trump. "Compraríamos algo de carne de Argentina" porque "si hacemos eso, nuestros precios de la carne de res bajarán", aseguraba el republicano. Sin embargo, Rollins apuntó después que "no será mucho" porque temían por la contaminación.
“Vamos a asegurarnos de que nuestra industria ganadera esté protegida. Este es un mercado muy matizado y complejo, y queremos asegurar un buen futuro para nuestros productores”, añadió.
En rigor, las palabras de Rollins no son azarosas: este año, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció la reducción de la exigencia de vacunación contra la aftosa para un conjunto de animales para abaratar los costos de producción en unos 20 millones de dólares al conjunto de la ganadería. La decisión fue publicada en el Boletín Oficial como Resolución 711/25 de SENASA.
Pino cruzó a la secretaria de Agricultura estadounidense
Pese a estos riesgos avalados por el Gobierno, Pino decidió desesntenderse del problema: "No sé si es una burra... Está mal informada seguramente la señora", disparó el presidente de la SRA. Ofuscado por las declaraciones de la funcionaria, reiteró que "Argentina es un país libre de la enfermedad que tanto daño le hace a la ganadería".
"Eso pasa porque trabajamos bien y de manera consciente", expresó Pino, tras remarcar que el país posee un enorme estatus internacional por la calidad y los controles sanitarios de su ganadería. "Vamos a creer que fue un error", espetó sobre las declaraciones de Rollins.
El titular de La Rural aseguró que el posible convenio de venta de carne a Estados Unidos "es una muy buena noticia" para el país, al tiempo que recordó que en la actualidad se le venden "20 mil toneladas de buen valor, cortes de buenos valores".
"Controlar el problema de la aftosa con vacunación de forma preventiva, aun sin que haya enfermedad, habla muy bien de nosotros. Somos cuidadosos, no queremos pasar por el mismo tema que sufrimos hace unos años", concluyó.
La situación de la aftosa en Argentina
Tal como explicó el periodista Vardan Bleyan en esta nota de julio, la fiebre aftosa es una enfermedad viral que afecta a gran parte del ganado (no a los humanos) y produce grandes pérdidas económicas a nivel mundial. Los países con requisitos sanitarios más exigentes, importan carne con hueso solo de zonas libres de aftosa sin vacunación, debido a que son regiones donde el virus no circula y gozan del más alto estatus internacional.
Las restricciones son más rígidas para la carne con hueso porque "el virus se encuentra en la médula ósea del hueso y no muere aunque la carne esté congelada", según explicó Jessica Singermann, veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata, en diálogo con Página|12.
Desde la epidemia del 2000-2001, tras el Plan Nacional de Erradicación de la fiebre aftosa realizado por Senasa, el país logró ser reconocido internacionalmente como “libre de Fiebre Aftosa”. En Argentina existen zonas libres de la enfermedad donde se vacuna, pero en la Patagonia, al sur del Río Colorado, está una de las zonas en las que no es necesario vacunar, ya que el virus no circula. Esa condición es muy bien valorada por los países importadores de carne y productos derivados.
Pero a finales de junio el Gobierno decidió romper esa frontera sanitaria para que ingresara carne con hueso desde el norte hacia la Patagonial. ¿El motivo? Hacer bajar los precios para que no recalienten el IPC. Fuentes del sector ganadero patagónico explicaron a Página|12 que el kilo de asado llegó a valer 22 mil pesos y que con esta medida bajó a 15 mil.
Además de poner en peligro el estatus sanitario, la Resolución provocó que un gran importador de carne como Chile suspendió la compra de reses argentinas y de cualquier producto de origen animal desde la Patagonia.