La pregunta es por qué. De lo que se pudo reconstruir en las últimas horas, a partir de fuentes en off a diferentes medios, es que el Jefe de Estado quedó disconforme con Werthein tras la bochornosa reunión con Donald Trump en la Casa Blanca. Milei no le habría perdonado que, supuestamente, el canciller no le hubiera explicado correctamente al presidente norteamericano que clase de elecciones se realizan este domingo.
La semana pasada, Trump dijo que el salvataje económico de su país a la Argentina está condicionado a la victoria de La Libertad Avanza en las elecciones del 26 de octubre, que incluye reducir la relación con China y abrirse a inversiones estadounidenses. “Si un socialista gana, nos sentiremos muy diferente sobre nuestro apoyo a Argentina”, subrayó el republicano. En esta línea, enfatizó: “No quisiera que se hicieran tantas relaciones con China, ni que intervengan en las fuerzas armadas”.
“Si no ganan, no seremos generosos con Argentina”, fue la contundente definición con la que terminó Trump el encuentro. Momentos después, desde el entorno del mandatario argentino quisieron "arreglar" la situación al decir que el Presidente estadounidense "estaba confundido", y que "en realidad se refería a las elecciones presidenciales de 2027", no a las legislativas. Pero horas más tarde, el propio Trump publicó un tuit en el que se refirió explícitamente a las elecciones de "medio término" y escribió: “Espero que lo apoyen, así podemos seguir ayudándolo”.
En tanto, el ex canciller había sido nombrado en su cargo como reemplazo de Diana Mondino, la funcionaria que fue echada por el voto a favor de Cuba en una Asamblea de la ONU. Ningún integrante de la plana mayor había salido hasta esta fecha. Es por ese motivo que el ministro ejecutó una política exterior estricta y sumida al alineamiento de Argentina con Estados Unidos e Israel, llevando a cabo esos movimientos en las votaciones en los ámbitos multilaterales en donde participa el país.