Sin embargo, el ministro de Economía Luis Caputo tuvo que salir insistentemente a declarar que buscarán cerrar en el primer cuatrimestre de este año un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluirá el desembolso de fondos frescos.
El BCRA, en tanto, avanzó concretando el primer REPO, un crédito contra entrega de títulos Bopreal en garantía, con información por ahora incompleta de lo que significó la operación, pero reflejando una necesidad de liquidez. La entidad monetaria sólo informó que tomó US$1.000 millones a una tasa de 8,8% y 28 meses de plazo, sin revelar cuántos títulos tuvo que poner en garantía lo que en el fondo refleja la capacidad de acceder a los mercados voluntarios de deuda.
Cuando se esperaba una operación por el triple del volumen, el bajo monto tomado fue explicado por la entidad como una decisión en función “de la evolución favorable de sus reservas internacionales”. Es decir, reconoce la necesidad de liquidez y advierte que la puede superar si se mantiene la posición compradora en el mercado de cambios.
Los recursos del FMI y del crédito REPO serían los que permitirían adelantar la apertura del cepo cambiario y liberar el flujo de capitales, aunque el mercado cree que eso no sucederá en un año electoral por los temores a que desate una corrida cambiaria que se traslade en una aceleración inflacionaria.
Por ahora, la expectativa de que no habrá dificultades para enfrentar los vencimientos es la capida del riesgo país, que refleja la diferencia entre la cotización de una canasta de títulos públicos argentinos frente a la tasa de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se desplomó de 1.556 puntos básicos a mediados de 2024, a los actuales 610 puntos.