"El otro aspecto es que hay muchos retirados que están colocados como asesores de políticos que también de una manera u otra tienen cierto poder de influencia. Pero muchas veces se utiliza como política para hacer saber cuál es el pensamiento de los que están en actividad", detalla.
En ese sentido, esta fuente muy cercana a los uniformadas plantea que "el tema más importante es la falta de consenso interno en las tareas que no son de las fuerzas. Más allá de lo que digan los retirados, es el consenso interno de las fuerzas para hacer una movida de este tipo. En esto hay dos interrogantes importantes: por un lado, si hay consenso, y por otro lado, si las fuerzas están preparadas para hacer este tipo de tareas". "Yo creo que en un contexto como el que estamos, que ya viene hace mucho tiempo, sin presupuesto para adiestrar al personal, ni para mantener los medios antiguos que tenemos, ni para darle de comer a la gente, ni para vestir a la gente con uniformes apropiados, estar pensando en un cambio de política y utilizar las Fuerzas Armadas para algo con lo cual no están preparados de ciencia ficción directamente", agregó. "Están lanzando una movida política sin haber hecho las consultas pertinentes allá adentro, más allá de las cúpulas, porque a mí me consta que ni siquiera en los consejos de las reuniones de Brigadieres, Generales o Almirantes se han consultado el resto. No hay el más mínimo consenso para hacer algo por el estilo, internamente", dijo la fuente.
En efecto, la idea de organización de los militares retirados y sus opiniones públicas no expresarían solo su voluntad sino la sensación de enojo del conjunto de la fuerza con el gobierno nacional.