En Argentina Humana sostienen, como dijo Grabois el lunes, que él no interviene en la disputa interna entre Cristina y Kicillof. Insisten además en que el posicionamiento interno del dirigente es el mismo de siempre, más allá del enfrentamiento que tuvo con Mendoza. “Hay algo que no entienden de Juan. Ante hechos como los de Quilmes, él no actúa por especulación política. No es boludo. No piensa que defender a los trapitos le va a traer votos, tiene un compromiso ético”, dicen.
Sobre la batalla interna que se proyecta hacia 2027, cerca de Grabois responden que así como fue precandidato en 2023, para enfrentar a Massa, podría volver a serlo dentro de dos años, si el perfil del candidato del peronismo no garantiza, a su juicio, un cambio drástico respecto del modelo de Milei. “Nuestro plan es el mismo de siempre. Damos una disputa política por la hegemonía del campo nacional y popular. Si eligen a un Massa, damos la batalla interna. Si no, bancamos”, dice un dirigente cercano a Grabois, y desliza: “Lo más lógico sería que sea Axel”.
Durante 2024, Grabois trabajó activamente en la posibilidad de repetir su candidatura presidencial en 2027. Parado sobre el millón y medio de votos que obtuvo en las PASO de 2023, recorrió el país, pulió un plan de gobierno y diversificó contactos para acelerar una conversión que lo haga ATP, de piquetero a dirigente político. Con ese objetivo mantuvo reuniones con el expresidente de Uruguay José Mujica y con el presidente de Chile, Gabriel Boric. Su pelea con la intendenta de Quilmes, en defensa de los cuidacoches, puede haberle hecho retroceder muchos casilleros.