“Lo expuesto refleja no sólo una decisión técnica injustificada, sino también un trato desigual entre los oferentes. Mientras que a nuestra empresa se le exige rigurosidad extrema y se la desestima por supuestas deficiencias subsanables, se acepta y pondera una oferta manifiestamente inferior, a un precio incluso superior, pese a sus notorias limitaciones técnicas. Cabe agregar que no es un dato menor que el exiguo plazo otorgado para presentar ofertas —apenas 15 días hábiles más 3 de prórroga— derivó en la presentación de tan solo dos oferentes, lo cual contradice el principio de concurrencia y demuestra que las condiciones de la convocatoria no fueron propicias para una competencia real. Esta situación, lejos de ser casual, resulta indicativa de una planificación orientada a favorecer determinadas propuestas ya estructuradas con antelación, reduciendo el espectro competitivo legítimo.”