“Se marcha de Argentina una de las empresas más conocidas de artículos de higiene”, tituló el diario El Cronista el lunes pasado. Se trata de la multinacional estadounidense Magnera, líder en la producción de materiales no tejidos y films para artículos de higiene absorbentes. La planta estaba ubicada en Pilar, provincia de Buenos Aires, y empleaba a 60 personas. La compañía mencionó el contexto económico volátil como una de las razones, lejos de la supuesta estabilidad que pregona el Gobierno.
En el rubro comercial las cosas no van mejor. Marcas destacadas como Frávega, Easy, Jumbo, Vea, Jaguar y Start cerraron sucursales y echaron trabajadores en el último mes. Frávega una tienda en Temperley, en el conurbano bonaerense, y el gremio advirtió que habría 300 empleos comprometidos en otras sucursales. Cencosud, que maneja Easy, Jumbo y Vea, produjo cierres en cinco provincias: Buenos Aires, Catamarca, San Juan, Mendoza y Tucumán. El mayorista Jaguar cerró en Bahía Blanca. Start anunció el cierre definitivo de 30 locales en 9 provincias. Operaba tiendas que se habían convertido en un sello de modernidad y diseño en el mercado de la tecnología.
La lista
A nivel agregado, los datos oficiales confirman lo que cualitativamente se observa con una simple recorrida por los medios de las distintas provincias. Con información hasta agosto, desde que gobierna Milei cerraron 19.164 empresas, a razón de casi 30 por día, con 276 mil empleos formales perdidos.
Esa tendencia no cambió en nada después de las elecciones. Los casos que siguen a continuación lo ejemplifican:
Mabe, empresa mexicana, una de las principales fabricantes de electrodomésticos de línea blanca, cerró la planta en Río Segundo, Córdoba, con 160 despidos.
La Suipachense, empresa láctea con 75 años de historia, fue declarada en quiebra y dejó en la calle a 145 trabajadores.
TN Platex cerró la producción de medias y prendas deportivas en su planta en Monte Caseros, Corrientes, con 36 despidos.
Dulces Otito, en San Pedro, Jujuy, una marca con más de 70 años de vida y en un contexto económico complicado a nivel nacional, decidió cerrar sus puertas y echó a 40 trabajadores.
Alimentos Refrigerados, una firma histórica que elaboraba postres y yogures para SanCor, fue declarada en quiebra en Córdoba y dejó sin empleo a 200 personas.
Nueva Dalmacia, alimenticia cordobesa, cerró y echó a sus 17 empleados por WhatsApp.
Georgalos oficializó un programa de suspensiones que se extenderá por un trimestre en su establecimiento de Victoria, Buenos Aires, afectando a la totalidad de su personal mediante turnos alternados. La decisión, según la empresa, responde a la caída en el nivel de ventas y al aumento de la competencia de productos brasileños.
Avery Dennison, dedicada a la fabricación de etiquetas para envases, cerró su planta en San Luis, dejando a 40 familias sin empleo.
Tía Maruca cerró de manera abrupta una histórica planta productora de galletitas en la localidad bonaerense de Chascomús y desvinculó a 27 empleados.
Didier, empresa alimenticia de mermeladas y tomates, en San Rafael, Mendoza, cerró después de 20 años. En esa provincia también cayó Comeca, que producía latas para conservas, y está tecleando Eco Génesis, que se dedica al deshidratado de hortalizas.
Blanco Nieve, textil que producía para la marca Casablanca, cerró tras 30 años en Río Grande, Tierra del Fuego. En esa provincia también hubo 150 despidos de trabajadores metalúrgicos de Newsan, en Ushuaia, y cerró la textil Fabrisur.
Alliance One, multinacional tabacalera, concretó el cierre de su planta de acopio en Perico, Jujuy, con 115 trabajadores despedidos.
Frigorífico Anselmo cerró en Tres Arroyos, con 100 empleos perdidos. Essen, la fábrica de ollas, despidió a 30 trabajadores de su planta en Venado Tuerto.
Son 30 ejemplos de una economía real que, por ahora, no encuentra piso ni estabilidad.