Una vez que la acostaron, ella avisó que su mamá tenía que presenciar el parto. Pero no la hacían pasar y eso la hacía sentir peor. Necesitaba esa contención.
La anestesia empezó a hacer efecto, lo que dio inicio a la operación. Si bien tenía el biombo frente a ella, podía ver todo lo que hacían porque se reflejaba sobre el vidrio: “Eran practicantes. Había una sola doctora que les iba explicando pero a lo lejos. ‘Corta derecho, recto y sin miedo’, le decía. Iban más abajo, más arriba, veía todo. Recién cuando estaban por abrir el útero la llaman a mi mamá“.
“Dale que se viene”, escuchó que dijo la doctora. “Cuando la quisieron sacar, se les cayó para dentro. Se les resbaló dos veces para la panza. Después de esos intentos fallidos, sacaron a la bebé, que movía los piecitos y las manitos. No lloraba, pero sí se movía. Nunca me la mostraron, así como salió se la llevaron rápido”, detalló.
Terminaron la cirugía y Evelyn preguntó si su mamá estaba con la beba. “Está afuera”, le contestaron sin más detalles y empezó a intuir que algo andaba mal.
Después de salir del quirófano, la llevaron a una sala común y todos los médicos la rodearon. No habían dicho nada, pero el llanto desconsolado de su mamá fuera de la habitación le anticiparon la noticia. “Tu bebé no pudo salir, tragó líquido amniótico”, le explicaron y ella planteó que fue cuando se les resbaló en el interior de la panza.
Evelyn no quería ver a nadie, se quería ir a su casa: “La doctora quería obligarme a tener a la bebé, pero yo no la quería ver así. Mi mamá fue la que recibió el cuerpo y tuvo que pedir que se la llevaran porque se estaba poniendo morada. Yo le había llevado una ropita para que le pusieran al nacer y nunca la vistieron”.
“Todos desaparecieron, sentí un abandono de persona total. Nunca fueron a revisarme, todos se borraron. Me levanté sola de la cama. Es horrible que después de que tu bebé falleció, nadie te cure, que nadie venga a revisarte. Estoy cortada al medio y nadie hizo nada y ni siquiera tengo a mi bebé”, apuntó.
El domingo pidió el alta voluntaria y, acompañada de su familia, realizó la denuncia. “No nos dieron ni un papel. No sé ni cuánto midió, ni cuánto pasó, ni detalles de lo que le pasó. Me sacaron la bebé y listo. Ellos me la mataron”.
La presentación se hizo ante la Unidad Judicial N° 18 de la ciudad de Córdoba, y tomó intervención la Fiscalía de Distrito 1, turno 4º, a cargo del fiscal Aragón, que investiga el caso como “muerte de etiología dudosa”.
Mabel, la mamá de Evelyn, fue este lunes al centro de salud y la recibió el director, quien cuestionó la decisión de hacer público lo que pasó: “Él confirmó que eran practicantes, que no tienen mucha experiencia, sabe todo. Y justificó que las enfermeras estaban así vestidas porque están más cómodas”.
Tras la viralización del caso, varias familias salieron a contar sus historias en las redes sociales. De hecho, Evelyn contó que el mismo sábado de la tragedia, hubo una escena similar en una sala contigua: una abuela recibió el cuerpo de su nietito muerto luego de la cirugía.
“Se repiten los casos de madres que entraron con sus bebés latiendo en la panza y salieron muertos. Ella era mi primera hija y me pongo mal cada vez que me acuerdo lo que pasó. Ahora tengo que salir adelante y sé que la bebé me va a ayudar desde el cielo”, cerró.
El cuerpo ya fue ingresado a la morgue y se espera que en los próximos días se conozcan los resultados de la autopsia para determinar las causas de muerte.
Por su parte, el abogado de la joven, Juan Cruz Soria, adelantó a este medio que en las próximas horas se presentará otra damnificada ante la Justicia por circunstancias parecidas y no descarta que haya más denuncias.
TN intentó comunicarse con las autoridades del hospital para que dieran su descargo y hasta el cierre de la nota no obtuvo respuestas.