En ese sentido, hizo un llamado a los legisladores nacionales por Salta. Les dijo que independientemente de la bandería política a la cual pertenezcan, hagan incluir estas obras en el presupuesto nacional. "Detrás de cada una de ellas hay sueños y esperanzas”, expresó.
Sáenz estuvo acompañado por el vicegobernador Antonio Marocco; el intendente de la ciudad de Salta, Emiliano Durand; el presidente de la Cámara de Diputados, Esteban Amat; el presidente del Concejo Deliberante de Salta, Darío Madile; ministros, secretarios y funcionarios del Ejecutivo, legisladores, representantes de cámaras, asociaciones, empresas, trabajadores, universidades, entre otros.
En su largo discurso, Sáenz dijo que este tiempo "demanda unión, fuerza y trabajo mancomunado". Por lo que "no me importa quién inaugure las obras, lo que quiero es que empiecen”, manifestó. Fiel a su estilo, lanzó un mensaje de tono moral: “El grave problema de la dirigencia política es la soberbia. Un buen baño de humildad nos viene bien a todos, aquí y en Buenos Aires”.
El gobernador hizo un guiño histórico, evocando al general Martín Miguel de Güemes. "Este país es libre gracias a un hombre que tuvo que esperar casi 200 años para ser reconocido por el poder central", sostuvo. Y pidió: "peleemos por estas rutas y estas obras que la patria nos sigue debiendo”.
La firma del pacto fue presentada como un hecho “inédito” en la historia provincial. “Ayúdenme a que (las obras) empiecen y no se paren, porque de esto dependerá el futuro de nuestros hijos y de nuestra provincia”, insistió Sáenz. “Ojalá que esta pelea nos encuentre a todos juntos, más unidos que nunca. Las ideas no se matan, pero tampoco se imponen”, cerró.