Al llegar al domicilio en cuestión, el afortunado transeúnte vio que entre las ropas había una gran cantidad de dinero en efectivo, por lo que habrá pensado -en ese momento- que era el tan anhelado regalo de Papá Noel.
Sin embargo, al cabo de unas pocas horas de ese mismo 25 de diciembre, se presentó en la casa la pareja de vecinos, a quienes les había contado lo sucedido. Aun así, el afortunado vecino no creía en la narración de estas personas, por lo que en principio no les devolvió ni un solo peso.
Ante esta negativa, la pareja optó por hacer la denuncia de un delito que nunca existió, ya que el vecino encontró todo tirado en la vía pública, cuando el pasó por el lugar, sin ingresar a la vivienda de nadie.
Finalmente, y luego de un acuerdo, el hombre que supuestamente se llevó los ocho millones denunciados les devolvió solamente dos millones, por lo que el matrimonio tuvo que aceptarlo, ya que no podían hacer ninguna denuncia contra el vecino, teniendo en cuenta que no existió delito de robo ni hurto.