Antes de que el gasto total pueda mostrar una suba moderada, es necesario que las partidas no indexadas caigan con más fuerza para reducir el peso del Estado sobre el PBI, explicó a LPO el director del IARAF, Nadin Argañaraz, que estudió el tema.
El ajuste ya empezó en todas las áreas del Estado. El déficit operativo de empresas públicas se derrumbó un 26,7%, los bienes y servicios cayeron 4,9% en términos reales, y los otros gastos se ajustaron un 5,4%, mientras el gasto que la ley protege crece automáticamente.
"Ya se habían hecho simulaciones para el cierre fiscal 2025 con distintos escenarios de caída de ingresos y el resultado era siempre el mismo: si la recaudación afloja, el ajuste tiene que concentrarse en el gasto no indexado", explicó Argañaraz.
"Y hay un dato clave: el Presupuesto 2026 no incorpora una reducción de impuestos, pero el Gobierno sí dejó abierta esa discusión en paralelo. Si se avanza con una baja de alícuotas, como deslizan algunos funcionarios, habrá que reabrir la caja y recortar todavía más sobre las partidas flexibles", concluyó el director del IARAF.