Entonces, ¿si Santiago Caputo oficializa su salida de la Casa Rosada, como tanto amagó esta semana, qué pasa con estos lugares de poder?
En este remolino político que desordena la gestión de Javier Milei, "los rebeldes" cumplen su función. Quizá, el que más claro lo dijo fue el senador por Córdoba Luis Juez: "Si no pueden controlar a un par de tuiteros, no van a poder gestionar el Gobierno". En "Las Fuerzas del Cielo" saben del impacto que tienen en el mundo libertario, por más que Daniel Parisini, conocido en redes sociales como GordoDan, insista en que él no es parte de la gestión.
En la misma línea se expresó el karinista vocero, que ya lleva más de 30 días sin dar una conferencia de prensa, Manuel Adorni: "No podemos hacer nada porque no pertenece a la estructura del Gobierno". En ese limbo de estar y no estar, de ser y no ser, se mueve el aparato de Caputo. Todo este tiempo, avalado por Javier Milei. Ahora empieza a hacer ruido y la pregunta: "¿Quién controla a los trolls?" tiene una respuesta: Santiago Caputo, el que ahora amaga con irse y, en caso de hacerlo, lo hará con mucha información de adentro. Tal vez, más de la que al Gobierno nacional le convenga que tenga en sus manos.