Los cálculos que hacen en el Gobierno recuerdan que el aumento a las jubilaciones fue aprobado con 142 votos a favor, mientras que más de un tercio de la cámara votó en contra, no fue o se abstuvo. Si se repite el escenario, el oficialismo solo necesitará 72 bancas en contra para impedir que la oposición reúna los dos tercios necesarios para derribar el veto. "El número les juega en contra a ellos", desafiaron.
Sin embargo, su éxito depende en gran medida del juego de las provincias. "Los gobernadores saben que tienen una responsabilidad institucional. No vemos que hagan retaliaciones solo por capricho", aseguró un funcionario a este medio, descartando una escalada en caso de que las negociaciones no prosperen, y agregó: "Si permiten un aumento de 2 puntos del PBI tienen que explicar de donde sacar la plata".
Esa lectura puede ser aplicable al movimiento de los diez gobernadores que integraban Juntos por el Cambio, que el jueves pasado habían comunicado su decisión de no confrontar con el Gobierno respecto a las jubilaciones y la emergencia en discapacidad, pero sí defender los proyectos propios para garantizar su aumento de fondos.
"Varios gobernadores demostraron en el Senado que no estaban de acuerdo con meterle un bombazo fiscal al gobierno, y que sí estaban bancando el proyecto de ellos", explicaron cerca de un mandatario cambiemita. Sin embargo, la paciencia tiene un límite y el Gobierno corre el riesgo de tirar demasiado de la cuerda y perder el respaldo que le permite no perder completamente el control sobre el Congreso.