La historia se tejió de la siguiente manera: A los tres días de asumir la presidencia, Milei recibió en la Casa Rosada a varios funcionarios norteamericanos, incluidas algunas personas del Consejo de Seguridad, quienes le hicieron extensivo un “pedido” (entiéndase, una presión) para encausar los pagos de la deuda comercial de las empresas norteamericanas que se habían acumulado durante el gobierno del Frente de Todos.
Ante la falta de divisas, tanto el embajador Marc Stanley como la AmCham reclamaron mecanismos para que las empresas de bandera norteamericana pudieran acceder a los dólares sin problemas. Casi el 50% de esa deuda comercial correspondía a empresas de un mismo grupo, que no solo poseen capacidad financiera en el exterior sino, también, dólares propios. Para el economista Claudio Lozano se trató de una suerte de inicio de “privatización” de esos pasivos.“Lo quieren hacer otra vez. Abren la puerta a la estatización de 25.000 millones de dólares. El BCRA, según la Comunicación A7918, ofrece Notas en dólares estadounidenses con opción de rescate para los importadores. En un contexto donde parte importante de la deuda es deuda intrafirma, es decir dentro del mismo conglomerado empresario, y donde buena parte de ellos acumularon divisas en el exterior vía endeudamiento, valoración y fuga, los mismos de siempre amenazan con una nueva estatización”, explicó el dirigente de Unidad Popular, quien acaba de presentar un pedido de juicio político a Milei junto a la agrupación Soberanos.
La manera de solucionarles el “problema” a las empresas norteamericanas fue a través de la emisión del Bopreal, un bono remunerado que, a la fecha de vencimiento de las deudas, se ejecuta en dólares. El tándem Caputo – Bausili lo hizo.
Según datos del BCRA, ya se emitieron 7000 millones de dólares (a valor nominal) de la serie 1 y 2, más otros 1197 millones, lo que da cuenta del incremento de este instrumento que terminará siendo pagado por el Estado nacional. Los pagos por importaciones, al mismo tiempo, caen un 49%.
¿Se terminó el problema de la deuda comercial? No, al contrario; ante la falta de divisas, se siguen pisando los pagos. Este escollo volverá a repetirse en breve cuando el sector sojero frene sus ventas con la intención de conseguir una nueva devaluación que les mejore su ecuación de rentabilidad.