El gobernador pampeano le reclamó al Gobierno nacional que pague los 400.000 millones de pesos que le adeuda a la provincia.
El gobernador peronista de La Pampa, Sergio Ziliotto, llegó por la mañana a la Casa Rosada para la reunión con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro de Interior, Diego Santilli, con una carpeta bajo el brazo. Allí el pampeano tenía detallado el reclamo de la deuda que la Nación tiene con su provincia: unos 400.000 millones de pesos, la mayoría correspondiente a fondos previsionales. “Esto no es un toma y daca”, respondió Ziliotto a los periodistas acreditados en Balcarce 50 cuando lo consultaron si los diputados y senadores de su provincia que le responden acompañarían las reformas que el Ejecutivo enviará al Congreso en sesiones extraordinarias. Luego le bajó el pulgar al Presupuesto 2026 que diseñó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo: “El presupuesto como está no contempla el interés de la provincia. Eso le dije al presidente (Javier) Milei hace un mes, cuando estuvimos acá. Ese presupuesto no contienen la realidad de un país federal, que es necesario hacerle reformas”, afirmó.
“Puse en conocimiento del ministro del Interior y del jefe de Gabinete cuál es todo el listado de las deudas que tiene el Gobierno Nacional con la provincia de La Pampa”, dijo Ziliotto al término de la reunión que duró cerca de una hora. “Es reiterar el reclamo. Fuimos una de las primeras provincias que firmó el programa de extinción de obligaciones recíprocas con el Ministerio de Economía. Lo que hemos charlado es que lo más antes posible nos darán respuestas acerca de cuál es la decisión del Gobierno nacional para empezar a achicar la deuda con la provincia de La Pampa”, remarcó el gobernador.
En el Patio de las Palmeras de Casa Rosada, Ziliotto dio detalles de los reclamos que expuso ante los funcionarios del gobierno central: “Hoy la deuda actualizada según nuestros números supera los 400.000 millones de pesos. Su enorme proporcionalidad tiene que ver con el déficit previsional, somos una de las 13 provincias que no transfirió sus cajas y estamos en desigualdad de condiciones con el resto. Tenemos que ponernos de acuerdo con ANSES”.
El pampeano también dejó en claro que la solución a su reclamo no es una moneda de cambio para el apoyo parlamentario a los proyectos del Gobierno. “No tienen nada que ver una cosa con la otra. Esto no es un toma y daca. Nosotros venimos a reclamar una deuda y bajo ningún punto de vista se planteó cuál iba a ser la actitud o el voto de los legisladores de la provincia de La Pampa, eso va totalmente aparte”, sentenció.
Aunque también se refirió críticamente a las iniciativas que el Ejecutivo tiene como prioridades en el Congreso durante este verano. “Es un presupuesto que no colma nuestras necesidades y en virtud de la responsabilidad institucional que tengo como gobernador, también los senadores y los diputados, es seguir defendiendo La Pampa”, subrayó sobre la ley de leyes. También marcó diferencias con respecto a las reformas laboral y tributaria de Milei ante el secretismo del Gobierno sobre sus textos definitivos: “Las reformas no las conocemos, entonces es imposible opinar. Lamentablemente en la Argentina el deporte que más se practica es opinar de todo sin saber de nada, nosotros no vamos a entrar en eso”.
Ziliotto fue el único gobernador peronista alineado con la conducción nacional del PJ convocado por Santilli. El ministro, que busca promover acuerdos en favor de la agenda legislativa del oficialismo, ya se encargó de marginar de cualquier diálogo al resto de los mandatarios provinciales peronistas más enfrentados a la política económica y social de Milei: Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Ricardo Quintela (La Rioja).
En su raid en busca de votos para el Gobierno en el Congreso, Santilli ya se reunió con la mayoría de los gobernadores (salvo los excluidos) y solo le quedan dos encuentros para completar el exclusivo tablero político que diseñó la Casa Rosada. Uno es el radical santafesino Maximiliano Pullaro, un colaboracionista del oficialismo ahora golpeado por su derrota en su provincia (salió tercero en las legislativas de octubre) y la escasa cosecha de votos del conglomerado electoral de Provincias Unidas. A la cola quedó el gobernador puntano Claudio Poggi, un aliado del Gobierno que solo puede desear buenos augurios al oficialismo porque no tiene ni un solo legislador que le responda en el Parlamento.