Una vez confirmada la nueva composición del Consejo Directivo el gremialista del vidrio tomó la delantera y se puso en contacto con Llaryora, según pudo confirmar El Destape. La apuesta era sumar un gobernador que tuviese la suficiente distancia del kirchnerismo y vínculo cotidiano con la gestión libertaria como para transmitir un mensaje que pudiera llegar a la Casa Rosada. Este lunes el mandatario se reunió con el nuevo ministro del Interior, Diego Santilli, y con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y al día siguiente habló con La Voz del Interior: avaló la constitución de un nuevo régimen laboral para pyme con el propósito de “rescatar a los trabajadores” informales pero matizó: “si se usa para quitar derechos de los trabajadores de grandes empresas, eso no lo comparto”.
"Conozco a la nueva conducción de la CGT y a la Unión Industrial Argentina. Si todos nos enfocamos en lo que tenemos en común, que es ayudar a los pequeños, modernizar las reglas y generar empleo genuino, se puede avanzar. Pero no con la excusa de los chicos para favorecer a los vivos de siempre", puntualizó el cordobés. La cúpula de la central obrera celebró como un triunfo propio esa aclaración y espera diseminar la argumentación en las próximas semanas.
En concreto la CGT explorará contactos con otros gobernadores, en particular los de la zona centro, que agrupa a Maximiliano Pullaro, de Santa Fe y Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, además de Pullaro. Por extensión apuntará a todo el espacio de Provincias Unidas, que incluye a Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Con matices, los sindicatos esperan encontrar en esos mandatarios las disidencias suficientes con el proyecto oficial como para forzar a Javier Milei, de mínima, a acotar sus alcances. Para la semana que viene la central obrera prevé reunir a su “mesa chica” ampliada para definir esa estrategia.