"El papa Francisco pidió, como él mismo ha afirmado en varias ocasiones, simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma exprese mejor la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado", explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas.
En una entrevista publicada después de la muerte de su predecesor, Francisco expresó que quería un funeral "sencillo", similar al celebrado en enero de 2023 por Benedicto XVI, y que ya había elegido el lugar donde sería enterrado: Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas más grandes de Roma.
Las celebraciones mantienen los tres escenarios clásicos: la residencia del Papa difunto, la Basílica de San Pedro y el lugar de sepultura.
La verificación de la muerte ahora ocurrirá en la capilla privada del difunto, en lugar de en la habitación, y el cuerpo será colocado en un único ataúd de madera, con interior de zinc, antes de ser trasladado a San Pedro; Se eliminó el primer traslado al Palacio Apostólico.