La lógica de la situación es que la ultraderecha europea tiene como eje el combate contra la inmigración, sobre todo de origen islámico, lo que explica su apoyo irrestricto a Israel. Pero esas fuerzas de ultraderecha, a su vez, tienen una tradición de sintonía con Adolf Hitler, el régimen nazi y la raza superior.
Con semejantes invitados, las deserciones se empezaron a suceder. Este lunes, el rabino Ephraim Mirvis, gran rabino del Reino Unido, renunció a participar “al tomar conocimiento de que estarán presentes políticos de la ultraderecha”. El CEO de la Anti-Difamation League, Jonathan Greenblatt sólo se comunicará con el presidente Herzog por zoom, no viajará a Jerusalem, "a raíz de la presencia de determinados participantes". Es una ausencia significativa porque la ADL tiene máxima importancia en USA. Felix Klein, considerado el mayor referente alemán en la lucha contra el antisemitismo igualmente canceló su participación. Tampoco irá a Jerusalén el famoso filósofo francés Bernard-Henri Lévi.
En la grilla de oradores, Milei figuraba en un lugar de privilegio, sólo por debajo de Herzog y el primer ministro Benjamin Netanyahu. Pero la organización de la Conferencia disparó una feroz interna, incluso en el gobierno de Israel, al punto que el presidente del estado judío recibirá a algunos participantes y le dará la espalda a otros. En Jerusalén, Milei iba a firmar un Memorándum contra el Terrorismo con Netanyahu, un documento sin efectos prácticos, pero parte del alineamiento internacional del libertario. En las Naciones Unidas, hace dos semanas, se votó que el 28 de enero de cada año será el Día Internacional de la Coexistencia Pacífica. Sólo tres países votaron en contra: Estados Unidos, Israel y Argentina.