Los padres de los estudiantes expresaron su apoyo a la protesta y, al igual que los alumnos, pidieron respuestas urgentes de las autoridades escolares y regionales. La preocupación por la seguridad es compartida por toda la comunidad educativa, que espera acciones concretas para evitar que hechos de este tipo vuelvan a ocurrir.

En respuesta, las autoridades escolares emitieron un comunicado oficial, en el que aseguraron que se actuó de inmediato tras el incidente, a partir del respeto a los protocolos establecidos, y que se dio intervención a las autoridades competentes. “Queremos transmitir tranquilidad a toda la comunidad educativa. El estudiante herido fue asistido rápidamente y está fuera de peligro. El atacante, por su parte, ha sido apartado del colegio de manera temporal mientras se lleva a cabo la investigación”, señalaron desde la Dirección de la escuela.

Este hecho no es el primero de violencia que se registra en la Escuela N°6. En octubre de 2017, un estudiante de 14 años ingresó armado. El joven llevaba dos armas de fuego cargadas y un cuchillo, y había amenazado con disparar a sus compañeros y luego suicidarse. La intervención de las autoridades y la policía evitó que el plan se concretara. El estudiante había anunciado sus intenciones en redes sociales, lo que permitió a las autoridades actuar rápidamente.

El incidente de 2017 dejó una profunda huella en la comunidad educativa y provocó la implementación de medidas de seguridad adicionales, como la revisión de mochilas. Sin embargo, los padres y estudiantes sostienen que estas acciones se relajaron con el tiempo, y permitieron que nuevos episodios de violencia como el de esta semana volvieran a ocurrir.